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Seattle Escribe – US Latino Poets en Español por Xánath Caraza

  • Columnas

 

 

 

Diana Garcia es profesora y poeta, nativa del valle de San Joaquín en el estado de California.  Nació en el campamento CPC, una granja-campamento de trabajo propiedad de la California Packing Corporation.  Fue madre soltera en sus veintes y su encuentro con la literatura se dio a través de una clase que tomó con el poeta Glover Davis.  Tanto Glover Davis como Sandra Alcosser y Marilyn Chin fueron sus mentores literarios al principio de su carrera. Garcia tiene una Maestría en Creación Literaria de San Diego State University.  Ha sido profesora de Creación Literaria en Central Connecticut State University y en la Universidad de Freiburg en Freiburg, Alemania. Es profesora de tiempo completo en la División de Humanidades y Comunicación en California State University en Monterey desde 1998. Actualmente es la directora del Programa de Creación Literaria y Acción Social.  Enseña Literatura Chicana y Latina de los Estados Unidos, Creación Literaria y Literatura Contemporánea Mundial.

Su poesía, ficción y ensayos están incluidos en un número de antologías, entre ellas: Under the Fifth Sun: Latino Literature from California, ed. Rick Heide (Heyday Books); Touching the Fire: 15 Poets of Today’s Latino Renaissance, ed. Ray Gonzalez (Anchor/Doubleday); El Coro: A  Chorus of Latino/a Poets, ed. Martín Espada, (Amherst: U. of Massachusetts); Pieces of the Heart: New Chicano Fiction, ed. Gary Soto (Chronicle Books); Placing the Academy, ed. Jennifer Sinor (U.of Utah); y Fire and Ink: An Anthology of Social Action Writing, eds. Frances Payne Adler, Debra Busman y Diana Garcia (U.of Arizona).

Su poemario, When Living Was a Labor Camp, fue publicado en 2000 por la University of Arizona Press en la serie Camino del Sol.  En 2001 la Fundación Before Columbus seleccionó su poemario como el ganador del premio American Book Award de ese año.  En 2005 Garcia fue incluida en la exhibición Latinas in the Arts and Sciences.   En septiembre de 2009 fue la poeta principal para la exhibición, Bittersweet Harvest: Cosecha Amarga, Cosecha Dulce, The Bracero Program 1942-1964 organizada por el Smithsonian National Museum of American History.

Los poemas de Diana Garcia comienzan en la madrugada de cualquier día de la semana.  Son poemas de la vida diaria, la vida que experimentó en su niñez y parte de su juventud en un campamento para trabajadores agrícolas en el estado de California.  Garcia nació en ese espacio, esa era su realidad, de eso habla en sus poemas. Una realidad sin brillo, dura, de jóvenes espaldas que se queman con el sol del mediodía, de moscas que se adhieren al cuerpo por la miel de la fruta y que no dejan ni respirar, de trabajadores con sed después de horas de cosechar higos o algodón. Una realidad que muchos latinos en California, migrantes, han experimentado y que algunos a través de su formación universitaria lograron cambiar.  

Garcia encarna la experiencia de muchas mujeres chicanas que crecieron en esos campamentos de trabajo. Nos cuenta en sus poemas lo que oía a través de las delgadas paredes de las cabañas pintadas de rojo que estaban destinadas para ellos.  Su poesía refleja los anhelos y sueños que tenía de niña, lo que se imaginaba que podía ser y también lo que sabía no era. Garcia salió de esa cotidianidad, logró romper un ciclo vicioso de opresión social y se reinventó a sí misma. Ahora profesora y líder en los Estados Unidos de los programas de Creación Literaria y Acción Social, no se olvida de esa dura experiencia y con su voz poética, nos cuenta la historia de muchos otros que quizá no tuvieron la suerte de una formación universitaria y, por lo tanto, de cambiar su realidad.

A continuación mi selección y traducción de los poemas, “Hileras de algodón, sábanas de algodón” y “Cuando vivir era un campo de trabajo llamado Montgomery”.

 

Hileras de algodón, sábana de algodón

 

Esparcidos en la parte de atrás de un camión de plataforma

mecemos azadones, nuestras mentes parcelan hileras

de algodón que deben ser cortadas para el mediodía. El amanecer

atorado en el aire.  Pájaros negros zumban en los sauces.

 

Adelante un tráiler para caballos a lo largo del camino.

Protegidos por la juventud y las veraniegas corrientes de viento

no nos importa.  Llegaríamos tarde, bromeamos,

atascados por una yegua preñada arropada en sábanas.

 

Más tarde espaldas al sol, paliacates amarrados

para darnos sombra, encaje de hendiduras en las manos;

después cuando el contratista

nos hace trabajar durante el almuerzo sin agua; nuestras secas lenguas

maldicen a esa yegua en sábanas de algodón

traídas para recibir al potrillo en las siluetas de verano.

 

Cuando vivir era un campo de trabajo llamado Montgomery

 

Te unías a la familia para seleccionar higos secos cada verano.  

Desde Santa María a Gilroy, de Brawley a Stockton,

te instalabas en hileras de cabañas rojas escondidas detrás de los huertos.

 

Recuerdas cómo la pintura roja se pegaba en tus dedos,

color que ponías en tus mejillas para verte como

Dolores del Río, la famosa actriz mexicana.

 

Su gran brillo pasmaba a los chicos que te perseguían

hasta el teatro, el edificio más atractivo del pueblo, donde olvidabas

el calor de San Joaquín y las moscas de fruta.

 

Te acomodabas en sillas de terciopelo negro, compartías palomitas con

tus primos.  Cuando el héroe de la película, el hijo del dueño del rancho, montaba

su caballo hasta el río y espiaba a Dolores al lavar su pelo, te desmayabas.

 

Por tan sólo un momento, una pequeña eternidad, la hacienda del héroe, sus

vigas de madera oscura y las arañas de luz eran tuyas.  Eras alta y

delgada y todo se veía bien en ti.

 

A decir verdad preferías el silbido de Lauren Bacall.  

En la empacadora veías a los amigos de tu hermano, no los

colectores de fruta, los carpinteros, esos que querían

 

dejar los campos.  Escogiste uno con una sonrisa que le llenaba la boca, no

el elegido por tu madre sino uno alto con papeles que quería

unirse al ejército y vivir en Los Ángeles

 

Y, quizá, al final, no todo se te veía bien.

Tal vez tu pelo no se veía bien de color castaño; mujeres con relleno

en los pechos no estaban hechas para usar vestidos entallados.

 

Visitas el campamento cada reunión de verano.  Tus hermanas le

roban besos a tu esposo.  Sus dientes aún se ven bien.  Un primo

te desliza entre cumbias, soñaste alguna vez con besarlo.

 

Percibes el olor a higos putrefactos, a letrinas demasiado llenas.  

La nariz se te cierra.  Sientes el calor que provoca el dormir dos en

un colchón, el único cuarto extra, la cocina.

 

Pensaste que tus brazos engruesaron hace tiempo jalando cajas de higos.

Pensaste que tenías tobillos de campesina.  Pensaste que podrías morir

en el campamento y que nadie sería capaz de reconocer tu olor.

 

Diana Garcia

 


Xánath Caraza – Columnista – US Latino Poets en Español

Xánath es viajera, educadora, poeta y narradora.  Enseña en la Universidad de Missouri-Kansas City. Escribe para Seattle Escribe, La BlogaSmithsonian Latino Center y Revista Literaria Monolito. Es la Writer-in-Residence en Westchester Community College, Nueva York desde 2016. En 2014 recibió la Beca Nebrija para Creadores del Instituto Franklin, Universidad de Alcalá de Henares en España.  En 2013 fue nombrada número uno de los diez mejores autores latinos para leer por LatinoStories.com. Su poemario Sílabas de viento recibió el 2015 International Book Award de poesía.  Sus poemarios Tinta negra / Black Ink, Ocelocíhuatl, Conjuro y su colección de relatos Lo que trae la marea / What the Tide Brings han recibido reconocimientos nacionales e internacionales.  Sus otros poemarios son Hudson, Lágrima roja, Le sillabe del vento, Sin preámbulos / Without Preamble, Donde la luz es violeta / Where the Light is Violet, Noche de colibríesCorazón pintado y su segunda colección de relatos, Pulsación / Heartbeat, está en proceso.